Las aventuras de la Srita.Bien y sus amigas



Solterísimas todas, la Srita.Bien y sus amigas, deciden salir de rotation. ¿A dónde? Entrecerrando los ojos viajaron algunos años atrás y recordaron un bar con onda que solían frecuentar cuando las chicas sabían estar en la pomada. Rimel-botas-pañuelo y jeans fueron suficiente y, taxi de por medio (guiño), entraron irradiando actitud al lugar. uaaaaau!

Tres pasos adentro y ya se percibía que la vida nocturna del reducto no era la misma. La Srita.L observó indignada: "Antes solíamos producirnos por horas para venir acá ¡¿Que pasó?!" y su incisiva mirada de coté descubrió, en pantalones cortos, al especímen de tipo Gulliver, con su buzo al nudo (doble!) en la cintura, que se acercaba peligrosamente dejando atrás lo poco que le quedaba de recato. (che, disimuladamente vámonos más allá....mmm).

Una de dos, o las drogas duras han tenido un devastador efecto sobre el sentido de la moda o ahora, con la excusa de que son todos extranjeros, se curte la onda me hago el raro total, si mando algún acento, la safo. Había de todo: un imitador de mini-me con lustrosa bocha que arañaba el metro diez y no le quedaba NINGÚN botón por abrocharse, otro que acababa de ver el especial de Prince y no tuvo mejor idea que sacar a pasear un extraño jopo con jabón y chaleco de jean ajustado(!?) y, para el deleite de todos, un personaje de patillas afeitadas que encontraba un delicioso placer en exponer el ROLLO de su pobre víctima mientras se mataban contra una columna. ¡Que nivel!

La noche está perdida... -pensó la Srita.Bien.Y fue entonces, cuando la charla dió un inesperado y terrible giro. La maldad, tan femenina, comenzó a destilar el peor veneno llevándolas de risas a lagrimones sin escalas ni retorno.
La Srita.A, con su afilado sentido de la mímica, pudo detectar el viejo "baile del oso hormiguero" (gran película) ejecutado, con revoleo de brazos y todo, por una pareja que luego se sumó al par de la columna para competir por el Mandíbula de Goma de la noche. Mientras tanto, las amigas mantenían el sync del bouncing chill out para no caerse de los tacos y la fauna del lugar se incrementó considerablemente.

Lo que siguió a continuación fue digno del mejor video casero amateur. El chico Prince estaba fuera de sí, el piso se iluminaba bajo sus pies y TODOS pensaron en Travolta. El fantasma de las citas pasadas se hizo presente deambulando a metro y medio del centro de la acción... la Srita.Bien, entre lagrimones, se escondía desesperada detrás de una botellita de cerveza. Rajemos! dijo oportuna la Srita.M, y cual desfile deshilachado, las cuatro se esfumaron del lugar.

De vuelta en casa, la Srita.Bien se bajó de las botas, colgó el pañuelo en el placard y, mirándose al espejo, se rió de si misma a carcajadas. Con que velocidad se puede pasar de la pomada a estar hecha pomada en una misma noche! Se arrojó agotada en la cama y juró nunca más volver (con esas botas al menos!).

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