El despiadado mundo del Shampoo



GRAN categoría GRAN la de la locura femenina por los potiches para el pelo.
Creo que en ningún otro escalafón de las góndolas de supermercado existen tantas variantes para LO MISMO. En mi caso, siendo que presento una crónica dependencia a la planchita, soy vitalicia del grupete de fervientes adoratrices del Shampoo.
Con los años descubrí toda clase de marcas y perfumes. La textura sedosa de un "miel con aceite de almendras", el exótico perfume del "papaya y frutos cítricos", y mi absoluto gran amor: el delicado "gardenias y flores blancas".
Confieso que le rindo devoto culto (y gran parte de mi billetera) a todos estos maravillosos mundos con tapita. ¡Mi vida estaba completa! Que felíz que era. mmmsi, ERA.

Con la crísis de los 30 en pleno apogeo comencé a pedirle más a esta relación (ejem, paralelismos?). Ya no me alcanza con oler el perfume para elegir mi shampoo, ni te compro la fotito del frente del envase... ahora le presto más atención al subtexto del producto que intenta venderse como el más bonito. Sisi... capáz que te creo! -les digo cuando los veo.
Se ve que somos varias las mujeres con la crisis encima, porque ésta mirada desconfiada tuvo un inesperado efecto en el mundillo del GARKETING. En seguida se dieron cuenta que perdían adeptas y planearon la mas siniestra estrategia:

¡HAY QUE ATACAR LA AUTOESTIMA!

Comenzaron silenciosamente con productos mínimos como el jabón, insertando temas como: para piel extremadamente seca. Y, como el jabón para manos es algo que uno compraba sin prestar demasiada atención, el plan fue perfecto, plantaron una duda que parecia inofensiva: "ay che, es verdad, el detergente me hace pelota las manos, me compro éste" (más de una habrá notado que los detergentes luego contraatacaron y ahora son para manos mas suaves. JA!).

Con el tiempo, luego de pruebas con laxantes y toallitas de incontinencia leve(!!), llegaron a mis amores con tapita... y el idilio de flores y texturas mostró su peor cara.
Pasamos del simple cabello seco-normal-o-graso a una intrincada conjetura acerca de la salud del pelo y su implacable deterioro. ¿¡Que diablos!? Ahora me quedo mirando desconcertada las nuevas etiquetas, intentando encontrar una para mí, pero todas hablan de cosas terribles: "cabellos dañados y decolorados" o "restauración profunda para cabellos SIN VIDA"... pero nada me podría haber preparado para el más macabro villano: el "tratamiento CONTROL CAÍDA". WTF????
Y solté el pote con horror. Me niego rotundamente a tener ESO en mi baño. ¿Te imaginás? Viene "alguien" y se ducha en casa y lee ESE shampoo!!! Adiós al glamour y las gardenias, ahora la flaca SE ESTA QUEDANDO PELADA! Así no señores... ASI, NO!!

Refunfuñando agarré el chango y me fuí indignada de la góndola de mis amores. Con el ánimo por el suelo, me arrojé en los brazos del tierno perfume de los recuerdos de la infancia: el dorado NO MÁS LAGRIMAS. Y si, es que con esto de los 30 volví a foja cero, me dí cuenta que tengo que aprender a volver a elegir, y como (todavia) no me da el cuero para enfrentar otros temas, estoy empezando por el despiadado mundo del Shampoo.

1 comentario:

  1. Te recomiendo ampollitas de semilla de lino!!!! y chau problema.
    Elena

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